Parece extremadamente difícil concertar una buena reforma laboral, cuando todavía no sabemos la cifra de paro tras la pandemia por un lado y el número de empresas que habrán cerrado. Si añadimos que los actores son los de siempre, más un socio de gobierno, que está más por contentar a su electorado que por gobernar, esto todavía se complica más. Por lo que una vez más, querido profesor, le toca lidiar con la más fea.
Parece extremadamente difícil concertar una buena reforma laboral, cuando todavía no sabemos la cifra de paro tras la pandemia por un lado y el número de empresas que habrán cerrado. Si añadimos que los actores son los de siempre, más un socio de gobierno, que está más por contentar a su electorado que por gobernar, esto todavía se complica más. Por lo que una vez más, querido profesor, le toca lidiar con la más fea.
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